Puedes descartar por completo el vídeo, pero yo lo tomo con escepticismo, porque recientemente he reflexionado sobre la incapacidad de les líderes políticos estadounidenses para mantener nuestra libertad religiosa durante La Gran Tribulación.
Busqué en Google acerca de la religión de Obama y en un momento logré el siguiente extracto de un artículo publicado por Edward Blum el 19 de Enero de 2016 en OUPblog:
“Todas estas cosas aparentemente pequeñas pueden ser importantes, así como nuestra capacidad de encontrar más de 30 millones de resultados para la cuestión de la fe de Barack Obama. Un dilema de la era de la información es cómo hacer frente a la totalidad de la información que tenemos. Otra es la de hacer frente a qué tipo de información que tenemos, cuando en realidad tal vez no la tenemos.
Así cuando se trata de la religión de Obama, ni yo, ni Google, ni ninguno de nosotros jamás ‘sé.’ Cuanto a si los Estados Unidos fue, es o será una ‘nación cristiana’ (o ‘país’) es otra cuestión que no podemos ‘saber.’ Pero esa es la belleza de la religión y tal vez de la propia Internet” el punto no es siempre saber. Es de creer.”
Me sentí desconcertado y angustiado con la noticia, realidad o ficción, de un microchip obligatoriamente implantado, porque puede llegar a ser el equivalente estadounidense de la Marca de la Bestia Judía. ¿El Gobierno Federal asegurará a todos los estadounidenses la Primera Enmienda de la Carta de Derechos en La Gran Tribulación? ¿Habrá una orden ejecutiva a desafiar la enmienda? Ella afirma:
“El Congreso no hará ninguna ley a respecto al establecimiento de religión, o prohibiendo el ejercicio libre de la misma; o que coarte la libertad de expresión o de la prensa; o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y para pedir al gobierno la reparación de agravios.”