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MENSAJES DESDE CARBONIA – COLINA DEL BUEN PASTOR

Tic, tac, tic, tac, el reloj ya ha dado la última hora.

Carbonia, 8 de Octubre del 2025 (16:19)

Tic, tac, tic, tac, el reloj ya da la última hora.

Hijitos, los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y me uno a ustedes en este santo Rosario. Ruego con ustedes por el pronto regreso de mi Hijo Jesús.

Tic tac, tic tac, tic tac.

Hijitos amados, la última hora está a punto de sonar; permanezcan unidos a mi Hijo Jesús.

Hijitos, compórtense como verdaderos cristianos, sean amorosos con sus hermanos, amen y compartan.

Erradiquen el pecado que llevan dentro, pidan perdón con verdadera contrición de corazón, pónganse en orden, hijos Míos. Espero su verdadera conversión: no quienes dicen: “Señor, Señor”, entrarán en el Reino de los Cielos.

Oh, ustedes que no quieren reconocerme como su Único Dios, en verdad les digo: ¡Regresen a Mí! ¡Abandónense a Mí, no huyan de Mí, el dolor que me causan es grande! ¡Arrepiéntanse, hijos Míos, arrepiéntanse ahora! Porque cuando llegue la hora, no escucharé sus clamores, …como actúen conmigo, Yo actuaré con ustedes.

No se presenten con falsedad, no intenten ocultar sus pecados, sus errores. Yo veo lo que hay en ustedes, leo sus corazones. No sean codiciosos, no deseen reservar solo para ustedes mismos.

¡Estos hombres serán rechazados por Mi boca!

Oh, amados hijos, los llamo a ser santos. El reloj ya está dando su última hora, el gong final está a punto de sonar. Depende de ustedes elegir de qué lado están, si regresar al Señor su Dios como Él les pide, o hacer oídos sordos y quedarse en su cómoda cama, la que han preparado con tanto amor para ustedes mismos y no para el Señor.

Hijos míos, estoy aquí con ustedes. Soy la Madre de Jesús y su Madre. Rezo el Santo Rosario con ustedes e invoco la misericordia de Dios Padre sobre ustedes y sobre esta humanidad perversa, una humanidad que ya no quiere cumplir los deseos de Dios para su propia salvación, sino que prefiere… Vagan en la oscuridad, siguiendo a quien los dirige mentalmente y los arrastra consigo al infierno, ¡a la perdición eterna!

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