Cristo pidió a Sor Faustina para comunicar la Misericordia Divina en El Fin de los Tiempos. El artículo Divina Misericordia y Segunda Venida subraya el tema.
“Apóstol de Mi misericordia, proclama al mundo entero Mi misericordia insondable. No te desanimes por las dificultades que encuentras en la proclamación de Mi misericordia. Tú necesitas de estas dificultades que te afectan tan dolorosamente para tu santificación y como evidencia de que esta obra es Mía. Mi hija, sea diligente en escribir cada frase dicha en relación con Mi misericordia, porque esto es para un gran número de almas que se beneficiarán de ella.” (Diario 1142)
El Señor también pidió a Sor Faustina para escribir una profecía primordial que conduce a La Segunda Venida de Cristo.
“Escribe esto: Antes de venir como el Juez justo, vengo primer como el Rey de Misericordia. Antes del día de la justicia, se le dará a la gente una señal en los cielos de este tipo:
Todas las luces en los cielos se extinguirán, y habrá una gran oscuridad sobre toda la tierra. Entonces la señal de la cruz se ve en el cielo, y de las aberturas donde las manos y los pies del Salvador fueron clavadas saldrán grandes luces que iluminarán la tierra por un período de tiempo. Esto se llevará a cabo poco antes del último día.” (Diario 83)
La profecía no está en el libro de Apocalipsis, pero la profecía se ha anunciado por muchos místicos, incluyendo el Padre Pío y la Beata Anna-Maria Taigi. “¡VAYA A LA IGLESIA!” y busca la Penitencia para mitigar el castigo de los Tres Días de Oscuridad.
Cuando una profecía idéntica se ha hecho por personas muy distantes en tiempo y espacio, cuando esta profecía particular, fue acompañada por otras predicciones que ya se han cumplido, y cuando la santidad de los místicos en cuestión ha sido reconocida por la Iglesia, debemos creer que la profecía debe llegar a pasar. Este es el caso de los Tres Días de Oscuridad.
Católicos tibios, los que no disfrutan con frecuencia y de forma activa la misa dominical, están en mi corazón y mi mente. Me gustaría que se preocupen con su salud, dejen su comportamiento pecaminoso, y busquen el sacramento de la Penitencia.