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Somos cuerpo, alma y Espíritu Santo según el artículo “Alma: Tabernáculo del Espíritu Santo”.

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Alma: Tabernáculo del Espíritu Santo

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El Espíritu Santo vive en nosotros, nos ayuda en nuestra debilidad e intercede por nosotros a través de gemidos sin palabras.

“Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios”.  (Romanos 8:26-27)

 

Nos habla… ¿escuchamos al Espíritu Santo?  Fui bautizado en el Espíritu Santo ayer por la segunda vez y me detuve para le escuchar el día anterior.

“La Santísima Virgen estará muy activa en el mundo hasta la Segunda Venida de su Hijo. ¡Escúcha la embajadora del Cielo! El mundo está muy ocupado con asuntos mundanos y está ignorando el destino final del alma.

Celebraréis el próximo mes el Centenario de las Apariciones de Fátima. ¿Estáis viviendo el Mensaje de Fátima? La Madre Inmaculada  pidió la Conversión, la Penitencia y la Oración. Dijo a los tres pequeños pastores que dos de ellos irían pronto al Cielo, mencionó el final de la Primera Guerra Mundial, el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y la expansión comunista, si la Humanidad no se arrepintieron de sus pecados.

El Milagro del Sol ocurrió para atestiguar la presencia de la Madre de Dios y su mensaje divino. Todas las profecías se han cumplido y la humanidad, en general, no se acercó a Dios”.