Luz de Maria, 6 de Abril del 2022

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MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
A LUZ DE MARÍA
JUEVES SANTO
06 DE ABRIL DEL 2023

Amados hijos de Mi Corazón Inmaculado:

EL AMOR DIVINO MUESTRA SU OBEDIENCIA…

Es el día de la gran enseñanza del amor hacia el prójimo, un amor de vivencias, un amor nacido en las acciones hacia los demás, un amor que no se detiene por darse a los necesitados, un amor que Mis hijos encarnan en sí mismos para obrar y actuar a semejanza de Mi Hijo.

¡Quién va a negar el amor al necesitado, el amor que socorre, que sale al encuentro, que mitiga el dolor, que se da por el hermano y le ayuda a llevar la cruz cotidiana, el amor que dice sí cuando está a su alcance y comparte palabras de ayuda, de cercanía, de fraternidad!

MI DIVINO HIJO CON SU SÍ AL PADRE SE DONÓ POR LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD Y CARGÓ CON ELLOS.

Gran Misterio de Amor el que se conmemora este Jueves Santo, sin mirar a quién ni cómo ni cuándo, el amor es la mayor realidad en medio de las cruces de cada uno de Mis hijos.

Mi Divino Hijo en el lavatorio de los pies les muestra lo que es hacerse pequeño para que sus amados sean luego testimonios vivos del Amor Divino.

Amados hijos:

MI DIVINO HIJO LES DA EL TESTIMONIO DE SU AMOR,
UN AMOR DE RENUNCIA.

La criatura humana debe renunciar a lo que desea, a sus preferencias. Quien renuncia a sus gustos y a su querer humano se adentra en la plenitud del amor: en cuanto más se da al hermano, más grande es.

El amor que enseña Mi Divino Hijo:


es el amor del compartir y del ayudar al hermano a llevar su cruz cuando esta es muy pesada…


es amar al prójimo en todo momento y más cuando este padece. 

El amor es la opción y el detente, la libertad del prójimo cuando este desea el auxilio o el amor que se le ofrece, entonces: ¡A ORAR HIJOS MÍOS! LLEGARÁ EL MOMENTO EN QUE EL CORAZÓN DE PIEDRA SE QUIEBRE Y AME. 

Amados hijos de Mi Corazón:

Mi Divino Hijo se da a Sus amados apóstoles  naciendo así la institución del Santo Sacerdocio, como recuerdo de su expiación, no solo para los apóstoles, sino para que en este presente cada uno de Sus hijos participen de esa memorable Santa Cena.

Partiendo el pan lo bendijo y lo dio a Sus apóstoles y les dijo: “tomad, comed, éste es Mi Cuerpo”. Enseguida tomó la copa con el vino, la bendijo y la dio a sus apóstoles diciéndoles: “esto es en memoria de Mi Sangre que es derramada para remisión de sus pecados”. 
(Mt. 26, 26-28).

Hijos amados:

ESTA SANTA CENA ES CELEBRADA CON UNA GRANDÍSIMA SOLEMNIDAD POR EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA, PERO A LA VEZ CON SENTIMIENTOS DE TRISTEZA POR EL ENCARCELAMIENTO DE MI DIVINO HIJO.

¿Qué se dice una madre con su hijo antes de partir?

Nos miramos a los ojos y nos hablamos sin palabras. Nuestros corazones fusionados en la Voluntad del Padre se abrazan y más que en otro momento se hacen uno. Nos abrazamos y vivimos los acontecimientos en un instante, el que se prolongará hasta el final de los tiempos. Sobre ese abrazo las almas serán alentadas en sus instantes de sufrimiento, de gozo, de esperanza, de caridad y de fe.

Nada queda sin dar fruto, Mi Bendición a Mi Divino Hijo debe ser repetida por las madres a sus hijos y en Mi Bendición lleva a la vez la bendición de José, Su Padre putativo.

Mi Divino Hijo parte, pero no estoy sola, me voy con Él místicamente, comparto Su Entrega para que luego me entregue a la humanidad y sea así Madre de la Humanidad.

Amados hijos, cumplan con el Cuarto Mandamiento, padres amen a sus hijos.

Tengan presente la Ley del Amor, ámense unos a otros como Yo os he amado. (Jn.13, 34-38). 

Les llevo en Mi Corazón Materno.


Mamá María

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA

COMENTARIO DE LUZ DE MARÍA

Hermanos:

Unidos en el amor infinito,  oremos con el corazón:

Valerosa Madre, 
humilde cual florecilla del campo, 
escondes dentro de Ti, 
la rosa preferida del Padre, 
a quien Él ha mirado
para dar cumplimiento a Su Voluntad por amor. 

Hoy te acompaño en cada instante, 
pareces estar lejos de Tu Hijo,  
pero estás más cerca 
de lo que criatura alguna pueda imaginar, 
ya que vives fusionada a Él en un solo corazón.  

Corredentora, Madre Dolorosa, 
Tu sufrimiento me hace desfallecer.
Me miraste a mí  para entregar a quien has dado a luz. 
¡Cómo no amarte!
¡Cómo no agradecerte! 
¡Cómo no alabarte si has dado a Tu Hijo Santísimo 
para que yo sea libre! 
 
Bien sé que no hay hijo sin madre,
Coraz6n bendito, Virgen Purísima, Elegida del Padre,  
a Tu lado quiero estar, 
no para que me estreches a Tu Pecho,
sino para estrecharte al mío, 
que aunque indigno de Ti, 
te reconoce como Reina.  

Hoy deseo ser ese a quien Tu esperas 
para hacerte compañía, 
aquel que arrepentido se acerca a Tu Hijo 
y le reconoce como Dueño y Señor de su vida. 

Así como le amas, ayúdame a amarle,  
que no sea yo ese verdugo 
que flagela a Tu amado Hijo. 

Dame Tu Amor para amarle, 
dame Tus manos para limpiar Su Divino Rostro,
dame, Madre, Tus ojos para mirar como Él mira,  
dame Tu fe para no negarle más.  

Rosa Mística, Auxiliadora de las cristianos, 
eres la esencia del amor, 
que hoy frente a mí dice:
“Mira, este es Mi Hijo, lo entrego por ti, 
así es como Yo te amo, así es como te amo, 
con el mismo amor de Mi Hijo, así te amamos”. 

Oremos:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévanme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
(Santa Teresa de Ávila)

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